lunes, 20 de agosto de 2012

31 días.

Para algunxs mucho tiempo, para otrxs quizá poco, y para mí... no importa, porque sé que el tiempo no existe y lo inventamos nosotrxs. Pero justo ese período, 31 días, es lo que ha hecho falta para que mi vida dé una vuelta. Pero de esas que hacen historia.

Cuando descubres que todo lo necesario para vivir cabe en una mochila (y sobra espacio) todo empieza a cambiar. Empiezas a mirar al mundo con otros ojos. Y a aprender que no hay mejor colchón que la arena de la playa, mejor techo que un cielo con estrellas, mejor despertador que el amanecer y mejor ducha que el mar. Y sigues descubriendo. Y aprendiendo.

Entonces te cercioras de que el mejor abrigo son los abrazos y la mejor compañía las sonrisas. Que la música es tan necesaria como el agua y que compartiendo todo sabe más rico. Descubres que no hay mejor gimnasio que subir hasta el nacimiento de un río, ni mejor piscina que una poza natural. Que el dinero no vale nada y que es mejor tener la cabeza llena de piojos que llena de pájaros. Que tu casa está donde estés tú mismx y que lo privado es una pamplina inventada por el egoísmo. Que robar a quien te roba no es tan malo y que la necesidad agudiza el ingenio. Observas la hipocresía y el desdén de gente que te mira raro por tu roto del pantalón, por comer en la calle o por echarte la siesta tirada en el suelo. Y entonces sospechas que los prejuicios son mentiras y que la vergüenza es un invento.

Justo en ese momento compruebas que el pudor no existe y que los cuerpos son para enseñarlos, y conoces la libertad de bajar desnuda monte abajo ante las obscenidades de niñatxs y las miradas con risitas de no tan niñatxs. Y te cambias de ropa en cualquier calle, y te olvidas del sujetador. Y prefieres vivir sin teléfono, y te quitas las adicciones -poco a poco-. Y sigues aprendiendo con cada paso que los mejores planes son los que no se hacen, y que el único momento que vale es el que ahora mismo estás pisando. Y ahora. Y ahora. Y AHORA.

Y cuando vuelves a "la vida real" todo ha cambiado. Lo que antes eran problemas ahora son trivialidades y todo sobra. Sobra la ropa, la luz, el espacio del armario, la individualidad, todo es excesivo. La tranquilidad y la paz se tornan agobio y egoísmo entre estaciones de metro, prisas, caras serias mirando el ebook, adornos, olor en exceso a perfume, sobrealimentación, apariencia y falsedad.

Ahora SÉ que cuando llega el momento oportuno - no antes, ni después - la vida te empieza a quitar la venda, y aunque aún me queda mucho camino por recorrer, los primeros pasos ya han tenido lugar. Y para que no se me olvide que lo único que se NECESITA para vivir son los cuatro elementos naturales -tierra, aire, fuego, agua- me lo he tatuado una vez en la conciencia y dos veces en la piel.  

Y mientras la espiral sigue su curso, cada cual es libre de salirse del camino o de mantenerse entre la inercia.


 
AliZiA. 19/07/12- 19/08/12

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