sábado, 18 de abril de 2015

Musas.-

A todas mis musas, 

GRACIAS.



Las musas han venido esta noche a visitarme (llevan acompañándome gran parte del día de hoy.) Quieren que saque algo y lo inmortalice entre estas líneas. Aún no sé de qué va el tema, pero me dejo llevar. Me susurran que es importante, que lo comparta. Y yo, fluyo.
Mis dedos bailan a su son mientras teclean sin sentido estas palabras que de aquí a unos minutos leeré dudando de si realmente lo he escrito yo o si, como tantas otras veces,  han sido ellas quienes a través de mí se manifestaron para enseñarme algo que ya sabía pero que, en este momento, necesitaba recordar, leyendo.

Agudizo el oído y me hablan de la enajenación. Del teatro. Del quehacer diario. De despertar, vestirse, vivir o hacer el amago, disfrutar, sufrir, dormir. De despertar otra vez. De aguantar. De sobrevivir. De respirar mientras el ciclo sigue su curso. -El circo anuncia su show-. De este anfiteatro ancestral donde personajes y escenarios cambian mientras la historia se repite en cada unx de nosotrxs, día tras día, año tras año, siglo tras siglo. Del eterno morir-renacer-morir. Del infinito buscar-encontrar-buscar. Del BUCLE.

Me dicen al oído que en este esperpento que llamamos vida muchas personas caminan muertas. Muertas en vida. Paradojas. Que mientras el sol sale y se pone miles de seres se mueven (nos movemos) al compás de la nada, en ciudades llenas de zombies con alma, entre ojos apagados por llamas de rutina, entre mugre enferma encarnada, entre energías malditas, entre daño engendrado a diario por un entorno que no nos satisface, que no nos acuna, que nos empuja contranatura.

También me hablan de desesperación, de deshumanización, de asesinatos, de desigualdad, de injusticia, de llanto, de suicidio. Prosiguen colándose entre mis hemisferios para unirse a mis cisuras y recorrerme desde dentro del cerebro, gritándome que la obra tiene un final inconcluso, que no es el fin, que hay opciones de mejorar con ayuda de buenxs guionistas. Me dan fuerza, me alientan a la insurgencia, a la lucha, me tatúan en el alma que no todo está perdido, me recuerdan que no nos podemos dejar vencer.

Estas musas saben escoger muy bien el momento del susurro. Son mágicas. Imperceptibles para los oídos cerrados, pero vitales para las mentes abiertas. Llegan en cualquier ocasión, de día, de camino al trabajo, en el cuarto de baño, mientras oyes música. A veces son inoportunas y te entretienen en medio de una conversación con otras personas, dándote un soplo de aire que te recuerda lo vivx que sigues en medio del trampantojo vital. Algunas, traviesas, vienen justo antes de acostarte, te quitan el sueño con sus devaneos y te regalan un par de ojeras para el día siguiente. En otras ocasiones, se aposentan en tu ser y pueden estar horas o incluso días rondándote, hasta darte lo que necesitas. Unas llegan en forma de animal a tu vida cuando es preciso, y se quedan para siempre contigo, recordándote cada vez que lo miras que la vida tiene sentido. Otras, son musas hechas personas, te las encuentras en un momento inesperado y la magia ocurre. Sabes cuando llegan, porque no pasan desapercibidas: cuando te buscan, las vives con todos los sentidos. Las hueles, las oyes, las sientes, las saboreas, y de alguna forma, también las ves.  Nunca una visita de musa será en vano. 

Por eso, cuando la soledad llena el entorno, cuando se toca fondo, cuando el día se viste de gris o de azuloscurocasinegro, cuando la función teatral es desbordante, HAY QUE PARAR. Desconectar. Oler. Escuchar. Sentir. Saborear. Mirar. Respirar. En el momento indicado la magia llega y una musa te acompaña. Quizá por un minuto, quizá por una tarde, quizá por una vida. Sólo un consejo: no hay que querer atraparlas, pues saben volar.

Vienen, te soplan el alma, te guían.
Y se van.-

#LokuraTransitoria


-Alizia.-

martes, 14 de abril de 2015

El Dilema (tomado de Internet)






 " Cómo es para mí.

Rabia que surge de ninguna parte, sin ningún motivo... flotando libremente desde muy dentro de mi, preparada en un segundo para desparramarse en lo que parecen explosiones instantáneas que no cuestan ningún esfuerzo, y que me dan una sensación de poder en medio de mis sentimientos de desamparo, sentimientos que son una constante en cada minuto que estoy despierta. Si yo estoy desamparada, tú eres demasiado poderoso, no, yo seré poderosa. Yo te quitaré tu poder para que tú seas el desamparado. Yo no quiero estar desamparada. Yo soy el poder.

Tengo que tener el poder. Los dos no podemos tener el poder. Quiero lo que es mío. Tú eres mío, ¿no? Sin embargo yo no soy tuya, no puedo ser de nadie, porque ni siquiera soy de mí misma. Me di a ti. Somos uno y otro, ¿no? Quiero decir, ¿que más da?

El miedo me ataca desde todos los rincones de mi ser. ¿Qué? ¿Qué es lo que no estoy viendo? ¿Lo que yo percibo no es lo realmente real? ¿Por qué soy yo la única que veo lo que veo y de la manera que lo veo? ¿Qué significa esto? Seguro que esto es lo que va mal con todo el mundo, ¿no? Quiero decir, no puede ser MI problema. No tengo miedo. No estoy asustada, ni soy débil, ni vulnerable. Te necesito......¡¡¡¡NO!!!!... Soy fuerte y no te necesito. Si me permites necesitarte, no te querré mas. Y si dices que no te puedo tener, entonces tengo que tenerte. Si me permites tenerte, entonces no te quiero más. Te quiero cuando no me quieres, y te necesito cuando no quieres ayudarme. Es la mordedura y el dolor de esta fría distancia lo que sé que me resulta en cierto modo familiar y esta sensación es la que necesito para que me de la ilusión de seguridad. Si estuviera realmente a salvo y segura, entonces estaría expuesta y no estaría a salvo en absoluto. Alejándome me acerco, y acercándome me alejo. Cuando más expuesta estoy es cuando me escondo y escondida intento ser quien yo creo que soy.

Me siento sola otra vez, abandonada como siempre, sola otra vez. Yo soy todos y todos son yo. ¿Quién soy yo otra vez? Ah, sí, esa persona, y esa persona, y ¿qué quiere esa persona? ¿y esa otra?. ¿Dónde me deja todo eso cuando estoy sola? ¿Quién soy yo entonces? ¿Es que dejo de existir si no estoy en la compañía de alguien en la que pueda proyectar mi existencia y de la que pueda obtener mi validación?

¿Qué le pasa a todo el mundo? ¿Es que no pueden ver mi dolor? ¿No pueden ver lo muchísimo que sufro? ¿Es que no pueden ver que necesito que cojan algo de este dolor, lo validen, y me lo quiten, para que mi alma se libere de la agonía? No es culpa mía. Yo no me he hecho esto a mí misma. Yo no elegí que esto doliese tanto. Yo estoy al margen de este dolor, esta rabia y esta tristeza como un
niño cuya madre está enfadada con él. ¿Qué quieres que haga con esa cara de enfado? No es aceptación, es rechazo... pero lo necesito... ¿qué puedo hacer? No sé que hacer, así que lo pongo a un lado. Sea lo que sea, lo dejo sentado ahí...y se va construyendo durante el transcurso de la vida. Crece y siempre duele. Duele incluso cuando no lo siento. Necesito conseguir lo que necesito.
Me moriré si no. Me moriré. Me estoy muriendo por vivir, y en mis intentos por vivir muero.

Y así he permanecido en este lugar aislado, en esta isla que ha sido mi juventud, impedida en mi crecimiento emocional. Soy una víctima. No es culpa mía. Me duele y me duele y me duele. ¿Por qué no te importa? ¿Por qué no te importa? Haz que se vaya. Haz que pare, limítate a amarme desde lejos. Quiéreme pero ni te atrevas a que te importe de verdad. Me dolería demasiado si te importase de verdad. No entendería de quién o de qué te estarías preocupando porque no sé quien soy. Odio quien soy y lo que soy. Odio lo que demonios sea que soy. He llegado a odiar lo que pueda llegar a ser o lo que a veces soy. No me gusta el vacío en el que siento que mi ser existe dentro de una burbuja de cristal. Tan cerca y tan lejos de los demás, estoy. Tan cerca y tan lejos de quienquiera que sea yo, estoy. ¿Por quién intentas preocuparte? ¿Qué significa esto, que quieres preocuparte por mí? Eso significaría que yo necesito que te preocupes por mi. Yo no necesito que te preocupes por mi, pero me muero por que te preocupes por mi. De todos modos, preocúpate desde por allá lejos y haz como que no te necesito.

Rescátame dejándome en paz....eso me matará. Déjame en paz, pero rescátame. Necesito que me rescates, si tengo que vivir. No estoy viva. Estoy muerta. Estoy muerta cuando intento estar viva. Estoy viva cuando actúo como si estuviera tan muerta que no puedo sentir nada. Siento un dolor agudísimo de entumecimiento. Sentir así la ausencia de mí misma. ¿Adónde van los sentimientos? ¿Dónde se esconde todo ese dolor? Me disocio de todo lo que hiere. Se lo doy a otros. Es culpa de ellos, es su problema, no el mío. Ayúdame, mientras me dejes en paz. Déjame en paz, mientras me ayudes. ¡¡¡AHORA MISMO!!!

Soy el centro del universo. Sí que lo soy. Yo soy el universo y el universo es yo. Y así me comportaré, si me apetece. Tú no puedes ganar. Yo ganaré. Te haré ir y venir y no habrá manera de que te salgas con la tuya, yo siempre tengo que salirme con la mía. Necesito el control porque me siento tan desamparada sin él, pero tú no puedes saber eso. Tú no puedes saber eso de ninguna manera, tú no puedes saber eso sobre mí. No puedes conocerme tampoco. No, no te voy a dejar entrar en un sitio al que todavía tengo que ganarme yo el acceso. Lo siento, yo estoy antes.

¿Quién soy? Creí que lo sabía apenas hace un minuto. De repente, ya nada resulta familiar. Ya nada parece estar bien, ya nada parece estar SEGURO- nada parece estar como antes. ¿Por qué pasa esto y qué significa? ¿Qué quieres decir con que no lo sabes? Se supone que lo tienes que saber. Yo espero de ti que lo sepas. Y si lo espero de ti, eso significa que tengo el derecho de exigírtelo. No me preguntes esto y lo otro, NO, todo depende de cómo me sienta, y de lo que crea en un momento determinado....tú nunca lo puedes saber porque yo nunca sé lo que voy a hacer o decir o sentir. Cada momento cambia y salta desde el anterior al siguiente. Lo que es real, lo que es verdad, si pienso o no que puedo cuidar de mi misma, o lo que siento, o lo que está bien o lo que está mal, cambia de un minuto a otro, así, que simplemente no lo sé. No me importa saber. No me molestes con eso. Déjame en paz, limítate a quedarte aquí. Y cállate mientras me hablas. Háblame en silencio. Las palabras hieren. De todos modos, no estés demasiado callado en tu silencio, porque el silencio puede matar un alma. Lo sé, me mató una y otra vez. Muerta, una y otra vez, levantando esperanzas, solo para caer y para morir, sin respuesta, los brazos extendidos que nunca alcanzaban nada, que nunca agarraban nada, brazos que permanecían extendidos mientras la cría gritaba de terror y de miedo y tenia mas necesidad de abrazar a alguien que cualquier niño podría soportar. Brazos... que tenían que abrazarse a sí mismos, colgados en el aire, dejados, ignorados. Así, que abrázame, y acúname----acúname hasta que me calme---suavecito, ¿vale?, solo que no me toques realmente, ¿sabes?

La verdad. ¿Quieres hablar sobre la verdad? ¿Qué verdad, la tuya o la mía? ¿Existe una verdad en medio? No, mi verdad es verdad. Tu idea de la verdad es una mentira. Yo no miento. Y si yo no miento y nuestras verdades no son iguales eso hace de ti un mentiroso. Eso es así... porque sí. Si yo tengo razón, tú estás equivocado. Sí. Yo no. Si yo soy buena tú eres malo, si no estas de acuerdo conmigo o no ves las cosas como yo las veo. Mi modo de ver las cosas no solo es el correcto, es el único modo. Qué importa si es lo que quiero o lo que necesito. Es mi verdad. Y mi verdad es la verdad. Y ni te atrevas a mentirme, no...

Sé cosas, pero parecen efímeras. Lo que es importante y real un minuto, es frágil y/o se ha ido, lo he malentendido, lo he percibido mal, lo he malinterpretado el siguiente. ¿No sé por qué? Tú estabas aquí hace un minuto y me importaba. Pero entonces te fuiste. Mientras te ibas durante tres minutos y cincuenta y cuatro segundos (tiempo de reloj para siempre en mi propio sentido del tiempo), me olvidé de que me importabas y ahora me parece imposible de creer que pudieras quererme y dejarme así, durante tres minutos y cincuenta y cuatro segundos...esperando así, sola, aislada, y atemorizada. No hagas eso nunca más. Prométemelo! ¿Tienes idea de lo que me has hecho pasar? Mis padres me dejaron así. No está bien por tu parte ser sólo tú, y no ser yo cuando yo estoy siendo tú también. Sé que las cosas parecen efímeras. Las cosas cambian todo el rato. No las puedo coger ya, tanto si estoy cogiendo algo como si no.

La gente vive en una gran foto. La vida, así me cuentan, se despliega en una gran foto de la realidad. Yo vivo en millones de pequeñas fotos. Millones de trocitos de realidad. Tomas rápidas del todo, segundos fragmentados de minutos que parecen abarcar horas. Yo no puedo decir lo que pasa a mi alrededor, como tú. No, para mí no tiene sentido. Parte de esta foto, está pegada con parte de esa otra...¿qué se supone que debo ver? ¿qué puedo saber de todos estos mensajes mezclados que vienen en este puzzle? Yo solo cojo parte. El resto no lo entiendo. Primero parece que tiene sentido, luego no, y entonces me enfado y me frustro. En una parte de la foto me importas, pero en otra recuerdo fuera de contexto cuando dijiste esto o lo otro y entonces no puedo confiar más en ti, o no hasta el siguiente momento cuando dos trozos de la foto encajan brevemente. Esta es mi experiencia. Así que un minuto te quiero cerca, desde una distancia, y el siguiente minuto te quiero distantemente cerca. Esto es lo que pasa dentro de mi.
No quiero herirte como lo hago, simplemente no sé cómo encontrarles sentido a todos los mensajes revueltos, a todas las fotos fragmentadas que bombardean mi mente constantemente con imágenes y pensamientos que no encajan, no ahora, ni siempre, ni nunca, de todas formas. Si los recuerdos son imágenes de cómo fueron las cosas (¿o de cómo son las cosas?), entonces mis recuerdos, como alaridos que se desparraman, hacen eco en un abismo vacío, en un cañón lleno de cavernas. Imagínate todo ese sonido, solapándose a sí mismo. ¿Podrías escucharme entonces mejor de lo que yo puedo escucharte ahora? "

(tomado de Internet)

jueves, 9 de abril de 2015

Guerra Fría.-

"Mis bombas serán palabras.
La metralla, el escribir.
Mis granadas son canciones,
mi lengua será un misil."


(Fragmento de la Canción de Guerra, de Supersubmarina.)



PODRÍA pasarme el día escribiendo todas las palabras que me atraviesan desde el corazón hasta el cerebro y decirte que me estás matando por dentro con tus mentiras.

PODRÍA decirte que un día me creí lo que decías, que sí, que durante un tiempo tuve mi ilusión desmesurada por creer que contigo existíría el amor incondicional tras mis grandes éxitos y fracasos.

PODRÍA contarte que en un arrebato de tres segundos me quitaría la vida tirándome a las vías de cualquier cercanías o comiéndome el cajón de pastillas de la cocina porque nada tiene sentido y todo me parece una película sin guión donde todo el mundo actúa, incluida yo.

PODRÍA anunciarte que iría a un psiquiatra para que me exterminase los tormentos y así poder dejar de estar en el límite todo el tiempo, aceptar que no funciono como el resto y corregirme la cabeza para adoctrinarla borreguilmente a la realidad de este mundo cínico informe.

PODRÍA afirmarte que siempre seré tu amiga y que estaré pase lo que pase esperando tu llegada para creer que a pesar de todo, nada fue en balde, que esperaré felizmente mientras esto se pasa y que nunca me perderás.

PODRÍA fingir que aquí no pasa nada, camuflar mis daños con música y mis llantos con rímmel de marca, sonreír con la boca pintada y pasar página en dos minutos.

PODRÍA tirarme a la boca o a la cama de cualquiera que tuviera cinco minutos para regalarme un abrazo mientras me engaño pensando en el calor que un día recibí de ti.

PODRÍA imaginarme que nunca has existido, que nada de esto es real, que me lo he inventado todo en un momento de inspiración, que este instante lo preside el vuelo de una musa paseando por mi fantasía.

PODRÍA llenar hojas, libros, habitaciones, casas, hoteles, coches, bares, parques, piscinas, ferias y miles de otros lugares con tus recuerdos que son los míos, mientras un halo de nostalgia invade mi vivir.

PODRÍA intentar ser normal y dejar de publicar sentimientos en tablones de redes sociales. Lavar los trapos sucios de puertas adentro.

PODRÍA dedicarme a vivir en lugar de recrearme en lo que ya no tiene remedio.

PODRÍA comenzar una guerra infinita de palabras y frustraciones hacia tu persona mientras no dejo de revisar tus fotos y preguntarme cómo tienes la cara de seguir mintiéndome aunque ya no seamos nada.

PODRÍA arrancarme el órgano que me bombea la vida y tirarlo desde el tercero para romper el tejado del vecino de abajo, y que se lo coman las ratas, mientras me incrusto el de acero que tenía guardado.

PODRÍA borrarte de todas las páginas del mundo, del móvil, de mi memoria y de mi cabeza, y jurarte que no me importas y que este castillo de naipes ya hace tiempo estaba derruído.

PODRÍA contarte todo esto y más, mientras muerdo un trozo frío de pizza sin queso.

PODRÍA, sí.

PODRÍA.

Pero no.

(Mi trinchera para esta guerra son las palabras.)


#LokuraTransitoria

- Alizia.-

martes, 7 de abril de 2015

Epitafio a un ex amor.-

""... y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero, sin miedo a leyes ni a nostalgias. Y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo con la pura bandera de su raza. Soledad de amores, triste y pura. Soledad de amores y Locura""(Fragmento de una canción de Extrechinato y tú.)




( Hoy vomitaré en forma de palabras
todas mis mariposas atascadas
entre el pecho y la garganta,
y con cada arcada os alejaré,
amores pasados, de mis entrañas. )


A ti, que una vez andabas por los cables.

Toqué fondo, cayó la venda, crucé la línea que me ligaba a la incertidumbre, la sombra que me ataba a tu lado de la cama. Hace tiempo Insomnio es mi único amante y poseída vuelvo a ser yo antes de.
Hoy me permito el lujo de SOLTAR.
Soltar humo, soltar mierda, soltar lágrimas, soltar voces, soltar gritos, soltar dolor, soltar sufrimiento acumulado, soltar patadas al suelo, soltar agonía añeja, soltar recuerdos enlatados, soltar rabia.

Es necesaria esta muerte para sanear el terreno. Me muero. Te mato. Te extermino de mi ahora porque este teatro me ha cansado. Este amargor de sonrisas camufladas de amistad con esporádico contacto, esta imposibilidad de sostener lo insostenible, este pacto bilateral de camaradería disfrazada de diplomacia.
Toma número 25, se abre el telón, pero ya no soy yo quien actúa en esta función. Te cedo el papel protagonista en esta tragicomedia griega barnizada por amor de película con carencias descomunales. Te otorgo el personaje principal, para que lo acompañes con cualquier secundona (ya he visto varias) que te haga recordar que necesitas amor porque no has aprendido aún a fabricártelo sola.

Mientras rellenas mi sombra con otro cuerpo, dedicaré líneas sin sentido a destinatarias anónimas, recreándome en mi locura transitoria. Ser gallina vieja tiene sus ventajas, una tiene unas tablas que a los 20 faltan, y a veces, las evidencias son tan claras, que servirían de muestra en cualquier juicio. (A quién le importa, nadie entiende, no me detendré en más pormenores.) Por eso, y porque actuar me cansa, te libero con mi Adiós.

Que en tu viaje te acompañen tus perfectos examores, tus contactos de internet con los que peleas y vuelves a reecontrarte, tus pañoletas, tu niña acosadora ahora consentida, tus impecables cigarros, tus enanos de circo, tu sonrisa eterna, tu palabrería, tu fénix y tu brújula, tus recuerdos y tu dolor. Que encuentres todo lo que buscas, que no te engañes, que seas libre. Que quien ocupe mi hueco hoy o mañana sepa quererte como tú necesitas, que a ser posible tenga cuatro o seis años menos, y te cante canciones babosas con su guitarra. Que si eso es lo que quieres te embauquen con palabras, que te arropen, que te consuelen, que te den lo que sea que te falte. Yo mientras seguiré mi andadura hacia arriba por los bucles de mi infinito. A veces pasearé por aquellos rincones donde los sueños un día se cumplían para romperse al siguiente. Siempre estaré, siempre. Pero no contigo.

No quiero novelas, no quiero cuentos, no quiero relatos, no quiero películas. Quiero vivir tranquila. Me lo debo. Y aunque días como hoy estén llenos de esta soledad que perfora el pulmón al respirar, esta sal que corre mejilla abajo y este peso opresor en forma de desasosiego, me reinventaré mil quinientas veces a caballo entre las corazas y la debilidad. Caer, caer, caer, levantar.

Malditos recuerdos. Maldita dulzura (la mía). Maldito síndrome premenstrual. Maldito trastorno mental.

Bon voyage.-


#LokuraTransitoria

- Alizia.-